Y el poeta, luego de leer, recostado de su lado izquierdo, delira que el brazo de su amante lo abraza por la espalda, él gira su cuerpo para abrazarle con su brazo derecho el cuello y en zuzurros decirle \"Quisiera que el tiempo se pare justo en este momento y para siempre\" y se arropa en ella, puede sentir el calido calor que emana de sus pechos y una sonrisa que le alimenta el alma, \"Mis últimos momentos, -dice- los pasaria contigo... aunque.. espero, que no seas la que me mate, maldita soledad\" y cerrando sus ojos, despabilado completamente de melancolía siente cómo el espejismo de su amada se va de su cama, para, en el último momento de su vida aparecerse y abrazarlo de nuevo diciéndole, \"Ahora estamos en la eternidad, amor\".