Poesía interna
De muérdagos secos posados en primavera,
una cabaña quieta
y niños corriendo por el filo hilo del destino
Cuidado que te caes
En el obscuro agujero espacial
Dice la leyenda que los chivatos que se tropiezan
transmutan en humanos de morales dudosas,
que caminan en dos patas
y a veces lloran en el silencio de la eternidad.
Seres extraños que corren,
que bailan,
que te agarran y te secan el alma.
Pero son felices en cierta medida..
Cómo dicta la sociedad,
sonrientes pero no pensantes,
no pensantes pero curiosos
¿Y cómo es eso?
Es que parece que les da miedo revelarse
contra sus propios pensamientos,
y más ahora
qué se sienten solos.
Es el sentimiento que trae la colina arboleda
y te la cantan en un coro distinguido
los pájaros teñidos de rojo por el solsticio.
De seis versos a seis estrofas a seis palabras
comienzan su lírica nostálgica
diciéndote
que todo año anterior fue mejor,
sin embargo tu esperanza quebradiza
intenta disipar el pasado
y aferrarse al porvenir
Y cómo toda otra profecía cumplida,
renaces de la muerte
de la que estuviste sumergido tanto tiempo.
Pero la historia no se ha terminado de escribir,
el humano se aferra a las letras iluminadas
e intenta transcribir su destino
palabra a palabra
hasta
descartar todo camino posible.