Ellos y nosotros …los abuelos
Con los brazos abiertos estaba el cielo
cuando ocultos miramos
el galopar del tiempo,
también se sonreía el abuelo con los ojos tiernos
al final del sendero que flotaba
en las aguas del recordado estero…
Todo era luz y todo era un brotar de melodías
y trinos de cánones infinitos
de un cantar de pájaros
desde un balcón de cuentos
que te contaron y contaste
tomado de la mano de tantos
que te llevaron y que tú,
también en algún día llevaste
como guía de ellos y de otros
- desconocidos…
Ellos, todos ellos
también sonrieron con las sonrisas
de sus abuelos con los ojos tiernos
- en sus propios tiempos
contándoles sus propios cuentos…
En la infinita distancia de los tiempos
aparecen ellos…los rostros…los recuerdos
sus sonrisas y sus gestos
tantas veces duros como el tiempo
otras tantas con cariños del alma
- suaves como la brisa
- acogedores como sol de invierno
y primaveras tiernas…
Son los gestos propios,
son sus señas, son sus huellas,
sus avisos no borrados,
sus pasos guías
para continuar la vida
buscando atajos con partida y llegada
solo con su vida expuesta en la vitrina,
en el espejo de cada día
y de cada instante
que suma huellas de vidas diversas,
semejantes y también distantes
que se irán repitiendo siempre
hasta bordear el infinito…
Es la familia sumando tiempos y ecos
como historias de cuentos
y relatos sin olvidos…
¿cuántos tiempos sumados, yuxtapuestos
y cuántos escondidos en los rincones
sin recuerdos?...
Cuántos…