Ven a mi lado,
busquemos el silencio,
para violarlo.
Con nuestras risas,
también con las miradas,
¡con muchas cosas!
Tú bien las sabes,
pequeña mariposa,
y te sonríes.
Si sale el sol
busquemos el refugio
de sus caricias.
En algún porche
perdido de la iglesia,
de cara al sur.
Y allí veremos
cruzar las golondrinas
de primavera.
En las colinas,
cercanas de la aldea,
veremos vacas.
Desperdigados
se ven los invernales
y caseríos.
¡Tantos recuerdos,
quedaron retenidos
en sus pajares!
Rafael Sánchez Ortega ©
11/02/19