Las letras no se escriben en las ausencias prolongadas
Se pintan, se sueñan, se anhelan
Eres mi ausencia eterna
Te busco, te busco entre cada instante que respiras
Imagino tu sonrisa
La ironía del destino
Lo que el miedo se tragó
Tus caricias pensativas
Recuerdos furtivos que brotan sin tierra sin agua
Acechan cautivos de la esperanza
No se bebe más si no del recuerdo
Sacia la sed la sed de los besos
La mirada de un ave en lontananza
Abre el corazón, lo desmorona en pequeños pedazos
Los cuida, los acicala con su aliento tierno
Los cubre con sus alas y les enseña a volar sobre el desierto
Tus ojos me enseñaron a vivir
A flotar en el aire despierto
A percibir los aromas de los días
A florecer en todo tiempo
Cada instante a tu lado
Tan efímero como eterno
Mirarme en ti
Perdernos lentamente
Soñar con los ojos abiertos
Dejarnos ir suavemente
Como crece la hierva
Como florecen los poemas.