Mi amor hacia Ti... nunca ha de morir
Aunque quede en mi piel y en mi físico todo un gran padecimiento y un intenso dolor, el sólo saber que tengo tu amistad y tu amor, seré un hombre feliz.
Es lo que tú me has enseñado a través de todas estas décadas. Tu padecimiento lo he vivido como si fuese yo el que lo sufre.
En mi larga existencia, he tenido momentos de felicidad y de dolor. Es tan inmensa mi fe en Ti, que cualquier dolor soporto, pensando en el que tú padeciste.... Hasta en esto trato de imitar.
Tú siempre me has enseñado a aceptar. Y todo lo acepto por el gran amor que siento. Es casi indescriptible, mi amado Jesús.
En mi corazón y alma, me siento acompañado. Por Ti... y soy feliz. Ningún ser puede llegar a tener la felicidad total en toda su vida.
No recuerdo llanto de cuando he sido niño. Éste llegó ya siendo un ser adulto.
Lágrimas que no he podido retener. Llanto por la injusticia y la maldad.
Lágrimas por la pérdida de amados seres que ya no están presentes en este mundo. Pero que han de vivir por siempre en mí.
A veces me siento como un niño muy pequeño. Pensar que soy un hombre muy mayor. Pero mi corazón vive feliz, porque te tengo a Ti.
Ante la tristeza que acontece en mi pueblo y en gran parte del mundo, trato de superar mi estado de ánimo.
Lo logro pensando y sintiendo esto que vive en mí... constantemente. Mi amor hacia Ti.
Este sentimiento me lleva a amar a todos los seres que habitan en este mundo... Un mundo cubierto de conflictos, injusticia y maldad...
Como sabes, en el día de ayer, 18 de febrero, un año más de vida de mamá, si estuviese presente hubiera cumplido 113 años.
Tienes la dicha de que esté junto a Ti. Una felicidad más para mi corazón. Sabes más de mí, más que yo mismo...
Estas últimas semanas he estado algo alejado de un lugar primordial en mi existencia. He necesitado descansar y recapacitar, pensar, decidir...
Reconozco que a veces soy algo drástico en tomar determinaciones de vida. ¡Ésta, mi sensibilidad...!
Cuánto me agradaría ser indiferente a muchas cosas que me entristecen... Pero... no sé cuánto tiempo más he de vivir... No te enojes, por favor.
Te he prometido aceptar todo lo que el destino me otorgue. Y así ha de ser...
Lo que pueda no transmitir, Tú ya lo sabes. ¡Tanto me conoces...!
Estoy conectado una vez más contigo. Y me siento feliz. Hago a un lado mis angustias, (que son las de parte de todos... los que vivos estamos...)
He querido estar nuevamente delante de Ti. He de acercarme más. Y besaré tus pies... como en Aquel sueño...
He de seguir amándote, hasta el último día de mi existir, y aún más allá...
Autor: Hugo Emilio Ocanto
19-02- 2019
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