CON LO QUE QUEDA DE MI
Con el hilo de un ovillo,
quiero trazar una línea.
Para separar lo falso,
de lo auténtico y sencillo.
De longitud infinita,
para que nada traspase,
la sutil delgada línea.
Con los dedos de las manos,
quiero aferrar lo vivido.
Para que nada se escape,
ni errores ni sacrificios.
Como profundos sarmientos,
que atrapan su beneficio.
Con los brazos quiero dar,
protección a los caídos.
Y levantar la miseria,
de los lugares malditos.
Que abarquen la Tierra entera,
con sus mares y sus ríos.
Que abracen lo que es de todos,
para después repartirlo.
Con las piernas quiero andar,
por recónditos pasillos.
Donde se ocultan las penas,
rescatarlas y cambiarlas,
por amor y regocijo.
Que cada zancada alcance,
más allá del infinito.
Para traer las estrellas,
los luceros y su brillo.
Y así alumbrar las conciencias,
que en sombras laten sin ritmo.
Con la fuerza de mis ganas,
quiero retornar al niño.
Para sentir la nobleza,
de su inocencia y principio.
Que sea ciclópea la fuerza,
para romper las cadenas,
de los seres oprimidos.
Insuflar el fuerte aliento,
a los cerebros marchitos.
Y empujar a los malvados,
hacia un sendero de olvido.
Quiero dar mi corazón,
a quien lo haya perdido.
Y donar de mi interior,
los valores de mi espíritu.
Compartir las alegrías,
la esencia de lo vivido.
De lo que queda de mi,
darlo todo, si es preciso.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
18/02/2019