Te pensé, la mañana de un lunes solitario,
cuando el cristal del agua se volvía el espejo
de unos ojos que guardan el arcano reflejo
de un ensueño de mujer que voy buscando a diario.
Que a diario se fusiona con gráciles figuras
dibujado en esta realidad sin mentiras,
donde perfumes leves del aire que respiras
aroman el camino de las noches futuras.
Te pensé entre los colores rosas del invierno,
en la albura matinal de una nueva sonrisa,
con tu nombre solitario escrito en mi cuaderno
y el sello de tu amor ondeando en mi camisa.
Así vivo cada día, cruzando fronteras,
con mis ganas de ti convertidas en poema
trovador de la ruta que marcan tus caderas,
del rojo pasional de tu boca en mi diadema.
El desierto que acompaña mis horas apura
sus pasos, y la espera se va volviendo breve.
Hasta que encuentro tu mirada firme, segura,
tus labios, dos besos, una flor… afuera llueve..