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Cinco partes de mí.

El poema de hoy se dividirá en varias partes.
Para ti será aburrido, para mí es importante

I

Visité a mi tía Bárbara, y me sentí enorme.
Me nutrí con ella y sus almas de colores.

Mi tío también se alegró mucho de verme.
Sentimiento mutuo, estamos alegres.

En ese callejón vive mi amor de la infancia.
Qué interesante ver como mi memoria guarda
a la niña de ojos verdes, la de mi primer drama.

II

También visité a mi abuela Meme, a quien tenía meses sin ver.
Me dijeron que su memoria le falló y no podía reconocer
a las personas que quiso y a los que la quisieron también.

Pero me reconoció, y eso fue impresionante.
Casi le salen lágrimas por sí recordarme,
me besó, me abrazó, me hizo sentir grande.

Y me dijo:
\"De un muchacho como tú es difícil olvidarse\".

III

Visité la casa de Milexa, donde viven mis perros más amados.
Siendo precisos, mastínes napolitanos.
Milexa le dijo a el pequeño:

\"Mira, papi, el que al mundo te trajo\".

No sé si lo saben, pero atendí un parto apenas teniendo unos trece años.
(Qué loco decir que traje a la vida a un mastín napolitano).

Los perros vinieron a mí, todo fue familiar.
Los extrañaba mucho, qué peculiar.

IV

Luego fui al grupo con mi mamá.
Ese ya no era mi grupo, lo pude notar.
Me pregunté qué tanto iba a cambiar
la persona que soy y la que doy a mirar.

Son las doce y cuarenta y cinco.
Aquí no acaba esto, se viene la parte cinco.

Quizás la escriba en la noche, después de pasar tiempo
con la mujer más hermosa que estoy conociendo.

V.

Besos interrumpidos.
Besos inacabados.
Besos que se quieren,
pero no son dados.

En un balcón, hay dos miradas perdidas
en el atardecer, de dos risas hundidas.
De ella y yo, sin ritmo, sin prisa.

19 de Enero de 2019.