kavanarudén

Una mirada

 

Me bastó con mirar sus ojos para reconocer su noble alma, su puro corazón y la lealtad de sus sentimientos.

De pocas palabras y grandes gestos. 

Inconforme y siempre en la búsqueda de la autenticidad.

El sufrimiento, lejos de marchitar, fertilizó su humanidad. 

Comenzó mi admiración por su persona.

Así nació una amistad incondicional.

¡¡¡Gracias!!!