Si a alguien tengo que agradecer,
es al viento, por que el viento
es mi aliado, cuando te tengo lejana,
me lleva a tu lado, él lo sabe,
¡estoy enamorado!.
Se compadece de mí,
de la distancia que nos separa.
Me gusta lanzar versos al viento,
porque se encarga de llevarlos a tu oído,
a borboteos, a pequeños alaridos.
Me gusta hablar con el viento,
murmurar, contarle que eres hermosa
Vaya cosa, él me escucha.
Es mi fiel mensajero.
Fiel compañero que sin temor cruza
fronteras para acariciar tu oído.
A él encomiendo mis deseos por verte,
Por sentirte, por tenerte.
¡Hemos hecho un trato!
Por tí, he hecho un pacto con el viento.
Cuando estés vagando errante
y sientas la caricia del viento,
cierra los ojos, fúndete en el momento
que es mi aliento soplando tu rostro.
Siéntelo que son mis manos
recorriendo tu suave piel de terciopelo,
cruzando tus senderos,
adentrándose en tu fértil pradera,
posándote en un lecho.
Cuando sientas que acaricia tus labios,
con suavidad, con delicadeza
tal como lo hacen mis dedos encendidos,
cariño, te lo pido. ¡Responde¡
pues lleva mis besos hasta tu boca de cerezo.
soy el viento que juega con
tu cabello cual niño emocionado.
Que recorre el contorno de tu cuello,
tu cintura, tus pechos. Recogiendo su aroma,
enfrascándolo en la eternidad de nuestro amor.