CRÓNICAS:
18 ene. 9 hs:
Por unas horas tengo internet, espero que te lleguen mis dos fotos. Hasta ahora hice unas cumbres de más de 4 mil metros para ir calentando motores. Dame noticias tuyas! Besos!! Te quierooo, mami!!!!
Crónica:
Hoy lunes 21, ya a las 21.30 hs, parece que mañana martes se viene una tormenta que durará sólo un día. La verdad es que la espero con ansias dentro de mi carpa palacio de alta montaña y mi bolsa de dormir para -35 grados extremo (una noche medí la temperatura dentro de la carpa y sólo hizo -1) en donde debo dormir casi desnudo y con el cierre a veces un poco abierto.
Tengo mi Kindle lleno de libros y ayer me dediqué exclusivamente a leer uno de Reinhold Messner de comienzo a fin (era mi día de descanso, alterno uno y uno para aclimatar a la altura).
Como si fuera poco, hice buena relación con uno de los guardaparques porque junté una basura que estaba en la morrena donde acampo y me regaló una botella de plástico especial para mear dentro de la carpa, así que no tengo que salir durante la tormenta! Así que venga nomás!
Crónica del 22 de enero 2019
Hoy dejé que durante media hora el arroyo lave unas medias, remera y calzoncillo. Para esto utilicé piedras, que mantengan sumergidas y sujetadas las prendas: la corriente hizo el resto. Qué alivio! (para mí y sobre todo para las prendas). Esta técnica la aprendí en el arroyo Goye.
(Nota: prender fuego la remera al volver a BsAs.)
Luego opté por hacer parte del camino que lleva a los campamentos de altura, con la idea de seguir aclimatando y volver a estar un rato por sobre de los 4 mil (ya sería la tercera vez por sobre esa altura, la de ayer fue la segunda). Me encontré tan bien que directamente seguí hasta el campamento de altura El Salto superior (4300 mts) y por primera vez (en mi vida, además) permanecí a esa altura por más de una hora (unas dos estuve, casi el mismo tiempo que tardé en llegar: 2hs 20min, aunque claro, con mínimo peso). Esto en realidad ocurrió porque conocí a unos locos que con una mula (sale 150 dólares) se hicieron subir un barril azul lleno de pan casero con chicharrón, pizza, salames y al menos 3 botellas de vino casero... Yo no podía creerlo, y mientras me obligaban a comer y beber (en un momento a mi diestra uno me pasa el mate y por la izquierda el otro un vaso de vino... yo necesitaba mínimo 3 manos) y yo les decía que quería que mi tumba fuera en ese mismo lugar, abrieron otra caja y tenían ASADO (guardado para el día posterior a su intento de cumbre, así que de eso no comí, pero sí de todo lo otro)... ASADO... Sí.. ASADO, montones de pedazos de vacío... Sin palabras... ASADO...Por eso estuve tanto tiempo...
Hasta cigarros cubanos Montecristo se llevaron... Y creo que hasta la cigarrera de uno de ellos tenía otra cosa... estos tipos no se privan de nada. Yo quería estar ahí unos 40 minutos como máximo... pero ese vino casero.... y ese chicharrón...y la pizza... Qué muzzarella!!! En la altura la comida no se digiere muy bien, menos la grasosa, pero qué cornos importa! La moral es TODO!
Todos esos manjares a esa altura son absolutamente una locura. Eran dos mendocinos y un polaco... (¿?). Y la mujer del señor grande que estaba durmiendo en la carpa y había hecho el pan.
Interesante: el polaco me pregunta con un muy buen castellano y una cómplice sonrisa \"¿Sabés dónde queda Polonia?\" .....
Sí, en Europa, eso lo sabe cualquiera...
Al despedirme, como si fuera poco, vi como un pájaro inmenso (carroñero) de color dorado de mínimo 70cm de altura venía a manguearles salame, por lo que hubo un momento de tensión entre el pájaro y yo, pero rápidamente los mendocinos nos contentaron a ambos y la situación no llegó a mayores... al minuto vi un zorro colorado merodeando... Una emoción tras otra...
Y todo alrededor de estos locos absolutos...
Pero eso tampoco fue todo, por momentos las nubes se abrían y dejaban ver el paredón inmensísimo del cerro Vallecitos que teníamos literalmente a nuestra espalda: eso, lo más importante de todo ni intentaré describirlo, sería en vano.
Luego bajé a tiempo, entre nubes pero sin lluvia (sigue amagando la tormenta), por el costado de un glaciar que tiene como mínimo unos 3km... de ancho....
Ahora con la panza llena de una muy rica comida liofilizada (pollo a la portuguesa, la verdad no me quejo) escribo esto, mientras veo cómo el valle se cierra de nubes y la tormenta sigue amagando...
Creo que estoy aclimatando muy bien, pese al gran dolor de cabeza que tuve al volver a los 3400, que ya se fue luego del religioso ibuprofeno que tomé. Mil metros de desnivel en subida y lo mismo luego en bajada están más que bien para hoy...
Luego, saturación de oxígeno bastante bien para las circunstancias (entre 85 y 97), pulsaciones en reposo nada altas y glucosa perfecto.
Parece que la leve hipoxia me hace escribir, jaja, siempre quise pero nunca lo hice, así que al menos la crónica de este día la voy a compartir vía Telegram a mi amigos y también a mis familiares. No sé si habrá otras porque el cansancio es grande.
Ah, pude ver parte del eclipse del 21 junto a unos daneses que están aclimatando acá para ir al Aconcagua (son como 15), claro que con guías que les hacen la comida, les arman la carpa y sólo los cargan con menos de 10kg, hoy por ejemplo los cargaron sólo con 2kg (yo vengo casi con 25kg). Están un poco sorprendidos de que yo esté solo y autónomo, ya que no hay ni uno solitario como yo en todos los campamentos, y yo los admiro por intentar el Aconcagua, así que nos admiramos todos un poco.
El 21 anduve todo el día por la Quebrada del Medio, en una travesía que denominé \"Oda a las morrenas\". Claro, todo acá es sobre morrenas, pero ayer culminé un plan para caminar sobre éstas en particular que había ideado el año pasado. Subí una morrena de retroceso (perpendicular al camino y al antiguo curso del glaciar ya extinto) de casi 250 mts de alto. Era un paredón inmenso con unas rocas incrustadas increíbles: dos de ellas del tamaño de un camión. Estaban incrustadas en la muralla como chispas de chocolate en una galletita.. A una le puse nombre: la piedra visera.
Ahora al sobre... Tengo que sacar las pilas y baterías a todo lo electrónico y meterlas conmigo en la bolsa de dormir para que el frío no las descargue. Y qué suerte que el guardaparques me regaló una pipibotella, mi gran compañera en la carpa!!
(Nota: nunca escribir sobre el cacatubo).
Hoy cumple años Susi. Los que sepan quién es Susi, si alguien puede decirle que me acordé de ella, genia compañera de montaña!
Escrito por Vantiter (continuará).