Estos poetas, que en tierra de Sanfor; eran llamado vados, eran poetas entusiastas que se
deleitaban especialmente con las palabras y la música. Cierto día cansado de lo mismo, decidieron
inventarse un baile único; conocido como la danza de Sanfor. La cual era tan irresistible el poder de
su canción, que cualquiera que la oyera no podía evitar ponerse a bailar. Si algún mortal llegará a
oír esa dichosa música, se aventuraba en un profundo encuentro consigo mismo, incapaz de parar
y era motivado a seguir bailando. Eran lo suficientemente hábil para crear tan encantosa melodía,
que dulcemente se ajustaba a la necesidad de su violín. Quien oyera la danza de Sanfor, se veían
maravillosamente invitados a bailar, sin poder dado por terminado el baile hasta que la música
cesara.