Tras tanta violencia impresa en el día a día, tras tanta sofocación exhaustiva que nos aqueja, tras tantas lágrimas vertidas en víctimas sin consuelo, es menester hacer la siguiente interrogante ¿aún hay esperanza?
El mundo se torna cada vez negro, la esperanza y la tolerancia agachan más su cabeza ante la crueldad y la falta de sosiego, el cruel impera y el bueno es amedrentado, la gente ya no ama por temor a ser lastimado.
Ya casi nadie regala cariño, ya casi nadie otorga calidez, ya todos nos basamos en la prerrogativa que reza “¿Para que hacerlo?, si al final nadie lo reconocerá”, cada vez los problemas internos y externos empiezan a ganar terreno dentro de nuestro corazón y nuestro cerebro.
¿Que más da, si mañana ya no estaré aquí? ¿De que sirven mis acciones?, si al fin y al cabo serán olvidadas o mucho peor, serán sustituidas por malos recuerdos, ¿es que realmente existe otro propósito al venir al mundo más que el simple hecho de hacer daño?
Ante tal incertidumbre, ante el perplejo que causa la cruda realidad y el dolor ajeno, quiero dedicar estos versos a ti, tu que eres la excepción, tu que marcas la diferencia, tu que a pesar de los letargos y sufrimientos, sigues de pie y continúas tu sendero.
Debo felicitarte porque en un mundo maldito , en un mundo donde impera el miedo, tus acciones y tus palabras aclaran un poco el panorama desértico, el ambiente plagado de fatalismo.
Tu eres la viva prueba de la existencia de sentimientos puros, de acciones que provocan paz y cariño, felicidad y buenos recuerdos, tu logras crear una vela en un mundo ciego que quizás no logra alumbrar completamente, pero consigues que la oscuridad se vaya de tu alrededor permanentemente.
Siempre me he preguntado en estas épocas de cambios extremos, de frenesí indolente, si realmente existe la esperanza, si realmente estamos destinados a grandes hazañas y una completa liberación de perplejos, y déjame decirte que la respuesta a esa interrogante es un rotundo “Sí”.
Si buscas una explicación a una respuesta tan somera y directa, observa a tu alrededor, observa a tus seres queridos y a tus propósitos, observa tu pasado y tu presente, por ese tipo de cosas sigo creyendo que la vida vale más que pena ser vivida, porque a raíz de ella, surgen cosas positivas, tú y tu esencia entre ellas.
La esperanza existe y se encuentre dentro de personas magníficas , personas como tu que logran cosas impensables e impredecibles, como hacer del mundo un lugar maravilloso e indescriptible.