Jose Luis Posa Lozano

ZOZOBRAS

 

                                                      

Siento el frío rumor de la ventisca

desgarrarme la espalda,

el pecho cruje soledades,

el vientre ruge famélico

y el cerebro zozobra entre corales.

 

¡Que yo ya no soy yo!

crepitan los espejos,

la sombra me rehúye

y enmudecen los ecos

en mis cuatro paredes,

los parpados se tornan transparentes

y el alma se acongoja entre las nieblas

de una lúgubre nada.

 

Y canto para espantar el miedo

pero el miedo sonríe con desprecio,

sabe que me tiene entre sus garras

desde hace milenios,

la escarcha empaña mis cristales

con sus dedos crispados

y el fuego del hogar, agonizante,

deja escapar su espíritu en pavesas .

 

Y me lanzo a la calle del olvido

babeando en los charcos,

resbalando en las plastas traicioneras

y reptando en los baches,

buscando una taberna cochambrosa

donde ahogar mis angustias,

pero el sino bosteza.

 Me he dejado olvidadas la cartera,

el llavero y las gafas

y las viejas zapatillas boquiabaiertas

ya no alcanzan mi zulo,

me refugio entre las fauces de un cajero

vomitando mi hastío

y me pierdo bajo un lecho de cartones

empapado y mugriento.