Poema delicado para flores delicadas.
Un martillo putrefacto de bencina
en una Sociedad oscura que sólo contamina
la pureza de la juventud en madrugadas.
Desvalidas en la discoteca del engaño;
usadas como trapos y un tiro de poca gracia;
enterradas en flaco olimpo de la autocracia;
primavera asesinada bajo el voto del rebaño.
Lágrimas de sangre por un sin futuro;
perros que cantan mantenidos por su delito
y todo queda como ovejas comiendo cianuro.
El castigo que nos queda es un grito,
y la cuna de la adolescencia es hambruna:
pero vuestro cielo es tan preciosa como la luna.
A DESIREÉ HERNÁNDEZ,
MIRIAM GARCÍA Y
ANTONIA GÓMEZ
febrero del 2.019
NACHO REY