Oh amada, fuimos como las estaciones del año
cada uno con sus etapas, tan inciertas, tan imprevisibles
pero al final de todo, reflejaba en tí esa estación tan dura
tan inexplicable, no entendías el mensaje, que por ser invierno no tenía
que ser tan duro, cuando sentí de tus manos ese estruendo
que como rayo atravesando las rocas, supe que no era seguro seguir
en ese mismo lugar, tantos veranos llenos de emoción y bellos recuerdos
se habían convertido en inseguridad y desconfianza.
Tus brisas y rayos de sol que alguna vez me confortarón
ahora estaban contaminados de extraños sentimientos
llenos de impredecíbles reacciones... de sólo pensarlo, cada vez mis anhelos
se hacían más intensos, deseaba encontrar mi primavera, deseaba ver capullos
en espera de mágicas mariposas.
Pero al finalizar la temporada... me iba con una pregunta que me quitaba horas de sueño.
Serían siempre así mis veranos y mis inviernos¡¡¡.. serían así de estrepitosos.. eso no lo sabría
hasta dejar el lugar que un día me brindo tanta calma y esperanza.
Era hora de partir a nuevos rumbos para encontrar un día ... la anhelada tierra prometida.
Es hora de partir , pero me voy con recuerdos de lo que fue un lugar bello con hermosos veranos
Es hora de partir, no como un niño tímido, sino como un hombre seguro de andar por el mundo
Pues ya es hora.