El sosiego inmóvil después de un amor,
el sonido de una gota en la espalda,
la brisa húmeda revoloteando mi pelo,
el olor del mar al romper su orilla,
el agua empapando al cuerpo sediento,
los pies siendo uno con la tierra,
el abrazo conciliando la guerra,
el sigilo de tus labios posados en mi centro,
el beso.
Y así puedo seguir vagando,
penetrando en palabras,
infinita,
relatando lo que mi pecho siente al saberte vivo.