Sobre el río de Heráclito
flotan todos sus muertos
y los nuestros.
La última esperanza
es un terremoto de ceniza;
un cenizero como el mundo.
¿Queda algún ave fenix por aquí?
Para agarrarnos
a su corazón
clavado
ardiente.
El fuego hará del fracaso; triunfo, con una cuna de cerillas.
Como un recipiente lleno de intentos luminosos.