DEFENDENDIÉNDO LO INDEFENDIBLE
Defendemos lo imposible
aunque provoque disgusto,
mientras dejamos al justo
como algo indefendible,
somos adoradores de ese busto
que en televisión es más visible,
como si fuera Cesar Augusto
con su halo de héroe invencible;
¡Qué pena cuando llega el susto
al comprobar que es inservible!
Así son los salvadores
esos habladores de primera,
siempre buscando sus honores
esquilmando las carteras,
sobre unas clases obreras
donde anidan los temores,
a las sanciones certeras;
¡Hay que ver cuántos horteras
cambian a diario sus colores,
buscando esas fiambreras
que a veces producen ardores!
Joanmoypra