Pude haber elegido otro camino, de tantos que habïa a mi paso.
Mas sin embargo, mi destino era el de elegir el sendero donde tu caminabas.
Te encontré sin buscarte y nuestras almas, se fundieron en un abrazo,
te mire en silencio, con el deseo de conocerte y mi corazon ya te amaba.
Cuanta dulzura y perversión, encontré en tu tierna mirada
Cuantas palabras me hablastes, sin escuchar tu voz
Te mire bonita, callada y con unas ancias inmensas de amarnos los dos
Yo no te buscaba, pero mi corazón deseaba encontrarte.
Mis manos llenas de caricias, que poder entregartelas, deseaban.
En mi boca, miles de besos, que mis labios deseaban darte
Hoy mi voz pronuncia tu nombre y mi corazon su ritmo acelera.
Desearía que estes a mi lado, hasta el dia que yo muriera
Mujer de mirada tierna, seductora y perversa.
Alberto A. Robles