Bajo la escarcha.
Bajo los hielos del invierno en su apogeo.
La primavera conspira contra el Dios del hielo.
Legiones de diminutas semillas confabulan agazapadas.
Infantería incontable de yemas,
asaltan y toman,
la punta más alejada de las ramas.
Etérea paleta de colores preñan la tierra fría.
Abriré las pupilas a la incipiente primavera.
Abandonar el lustro de hielos eternos.
Solo una luz.
Imperceptible.
Solo una luz.
Del armisticio con el destino.
Danzar con el cuerpo viejo y dolorido.
Nacerá de nuevo el paso entre los colores.
Acariciara el alma de nuevo las flores.