Vasta Vida,
te yergues inmolada,
en espejos de cristales apagados,
en lugares desconocidos…
Sin luces en el día…
Nichos del Tiempo,
Mares que se abren y
ponen sal a tus heridas…
Se quiebran en muecas
mis labios y mis manos…
Mientras la estrella que nos guía
busca sin sentido
una noción innecesaria
del Tiempo y el Espacio
que se esconden ignorando
la vaguedad del Ser y su esencia..
De las que no estás cubierto….
Vasta Vida,
Desierto de los mares…
Pienso que la Eternidad,
tampoco busca y tiene
residencia alguna,
en este triste
entierro.
Patricia Aznar Laffont