Decidí vivir la lluvia sin paraguas.
lo abandoné abierto en la playa
y fui en busca de una nueva experiencia.
Decidí caminar sola y sin paraguas.
no quería depender de ningún objeto
solo andar y refrescarme con el agua celestial.
Decidí resistir la tormenta sin paraguas,
que las gotas no encuentren resistencia
y arrastren consigo todo lo que es vano.
Marcela Barrientos 11/02/2019 Copyright
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Argentina