Harley Ezel

El viejo de la cascada

A lo lejos... se ve mi viejo,

siempre al frente de la cascada

oyendo el silbido con vino añejo,

admirando a un ave enamorada.

 

Sonriente relucen sus canas,

el tiempo ha curado sus heridas

respira el verdor de las lianas,

y el agua deja sus manos teñidas.

 

¡Ya es de noche padre mío!

En un vasto azul ves las estrellas,

déjame abrigarte y quitar tu frío.

 

Es mi viejo, sentando y pensativo

como si estuviera en el ágora,

quedando totalmente cautivo.