Desgarró el dolor su alma noble.
Aquel día se rompió, para siempre su inocencia.
Juró no mostrar más sus sentimientos, ocultarlos en lo profundo de su ser.
Sintióse engañada, usada, ultrajada.
Lloró amargamente maldiciendo su suerte.
La impotencia se erguía amenazante, con destellos de ira.
--¿Por qué? -- Se preguntaba una y mil veces, mas no obtuvo respuesta.
Esculpió de acero su nueva figura.
Construyó un muro a su alrededor hecho con espinas afiladas. Infranqueable.
Quien la miraba la veía fuerte, hierática, fría, calculadora, invencible.
Se fue alejando cada vez más de las personas hasta convertirse en un ser huraño y solitario. Prefirió su soledad a cualquier compañía.
Un día se adentró en el bosque y nunca más salió. Nunca más se le vio.
Dicen que en un ser malévolo y extraño se convirtió.