Es difícil negar
que hoy fue un día de esperanza.
Para ti, para mí,
para todo el país.
A mi credo saludo y a ti te digo adiós.
Lo hice hace dos años, en mi kairós.
Creo en mi Dios, que es justo y bueno.
Está en todo lo que yo rodeo.
Está en mis acciones y en mis buenos deseos.
Está en la manera en que al amor veo.
Creo en la luz de los momentos oscuros,
Creo poder ser luz para mí
y para el mundo.
Creo en las segundas oportunidades, pero nunca en las terceras.
Si un error se da una vez, puede que uno aprenda.
Si se repite dos veces, se repetirá una tercera.
Creo en la vida plena y extraordinaria.
Cambiando vidas sin hacer las plegarias,
cambiando muertes por más vidas amadas.
Creo en el perdón de los errores,
en tener a quien te apoye,
en la curación de los amores,
en una vida sin dolores.
Creo en el hospedaje en el corazón,
en corazones abiertos, la bendición de nuestra acción,
en los actos puros, la verdadera emoción.
Creo en el brillo que hay en las miradas,
es el reflejo que hay del alma humana.
Creo en el triunfo del bien sobre el mal.
Creo que las cosas van a su lugar,
si pongo de mi parte y me dejo llevar.
Creo en lo imposible y en lo poco visto.
Creo en los milagros que puedo hacer yo mismo,
ayudar a mi hermano a salir de su abismo,
o ayudarlo a salir de su conformismo
con lo que sabe y lo que siente sin ningún pluralismo.
Creo en mis amigos,
Creo en el \"yo puedo\".
Para resumirlo,
yo soy mi propio credo.
23 de Enero de 2019.