DESESPERANZA (II)
Llega de nuevo la noche fría,
en mi mesa una nueva botella,
renace en mi la alegría
de poder brindar con ella.
Un buen vino y dos copas
para brindar como solíamos,
por horas charlábamos y reíamos
para después arrancarnos las ropas.
Nos besábamos de pies a cabeza,
sin pudor ni remordimiento,
nos fundíamos en una sola pieza
hasta quedar sin aliento.
Brindo en la noche oscura,
con la esperanza casi muerta,
de que tu bella figura
cruce de nuevo mi puerta.
Pero ese no es mi destino,
eso es parte de mi pasado,
aunque yo terco me obstino
a creer que volverás a mi lado.
Juan Manuel Guajardo
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