Manuelsp

NO ERA INVIERNO DEL TODO

 

 

Lo otro era peor. Y tuve que escoger:

había que vivir con la verdad infecta en medio del esófago.

Tragar me producía, desde entonces,

un dolor a pico de las águilas,

a cristal manejado

por una raza antigua,

era absolutamente necesario beber mucho,

beberse por lo menos varios ríos de agua,

como cuando te asfixias

entre dos catedrales mirando las estrellas

o te dejas la vida en brazos de las olas.

Pero recuerdo el olmo transparente a la orilla del beso,

con las hojas tan jóvenes,

y el viento hablando bajo para no molestar. Y también,

las condiciones justas,

la alegría emboscada,

los versos del poeta, que buscan los otoños.

Saberse imaginado por un cuerpo importante

ayuda en la tarea

de combatir el tiempo

y de cruzar el frío.