doy un salto a la cima de la montaña
caigo de forma empinada a la tierra
oliendo el aroma que penetra las
flores en mi
infinito sea mi manía
pobre de mí sea mi melancolía
que de mi tristeza no pasa
la muerte en mi deseo
mis lágrimas caen de mis ojos
a mi rostro en busca de sostenerme
en un rincón vago de mi alegría
buscando la pastilla de la euforia
que se toma cada noche para así la luna
haga su efecto y me lleve con
ella a su luz brillante junto conmigo
y así disfrutar de la vista donde
mi compañera me abriga de la cordura
me duele cada noche que la luna se
esconde detrás de mi para así
esperar con ansias su llegada
y así llevarme con ella a nuestro mundo
donde la melancolía es parte de una historia
dulce encanto, donde la depresión se convierte
en mi gran enemigo y mi luna se convierte en mi mas
grande cómplice de cada noche que se brilla por instantes