«Algunas personas logran enriquecer pública, ilícita, notoria e impunemente y [aparte] reciben trato respetuoso o son premiadas. Pero, no las envidio ni les pregunto cómo lograron el estatus social de forajidos intocables: tampoco me genera curiosidad qué opinan ellas de quienes elegimos llevar una vida honesta»
(Alberto JIMÉNEZ URE)