Oh Amor...amor que me transitas
por las rústicas veredas de mi estancia.
Dame acaso un soplo de aliento y despedida
en la eterna tempestad que me acompaña.
Se el deleite de mi propia dicha
cuando se asoma el corazón a la alborada.
Y las luces que taladren en mi vida
se ensalcen con el sabor de tu mirada.
Oh amor...amor de potestad y vida,
de sosiego y libertad en mis mañanas
alumbra al ciego con la abierta herida
que sangra en soledad en madrugadas.
Toma el rayo de suspiro eterno
que irrádia tu verdad mirando al alba,
y clávalo en mi ser sin un lamento
que selle para siempre mi ignorancia.
LEONARDO HENRRICY SANTIAGO
(Leo Henry)