Todo comenzó con el dedo y su punta en dirección,
Que subió y bajo tu cuerpo y encontró tú excitación.
Se unieron los otros cuatro y fue la mano completita,
que sobo tu pecho derecho desde abajo a la puntita.
Ya para ese entonces la otra mano se apoyaba
entre en medio de la cama y tu espalda deslizaba.
Decir que mi erección era tenue sobra por demás decirlo;
pues solo basta ver mi pene del momento mas erguido.
Mi lengua se había soltado completita entre tu boca,
y jugaba con la tuya y tu cuello como loca.
Y no hubo como pararla pues seguía la dirección
de ese dedo que a tu cuerpo le encontró la excitación.
Se unieron las otras caricias, pero fue la mano completita,
que sobo y toco el área de entre piernas su puntita.
Ya para ese entonces todo mi ser se apoyaba
por encima de la cama que a tu cuerpo controlaba.
Decir de mi penetración que era profunda y erguida
es gozar el dulce aliento de tu respiración tan seguida.
Mi dedo, mi lengua y mi cuerpo, se soltaron en tu boca,
y así eyacule completito justo al lado de esa loca.
Y así termino con el dedo y su punto en dirección,
que subió y bajo tu cuerpo y exclamo satisfacción.
-Juan Antonio Ayala H.-