No formarás parte de este empeño, no estarás ahí,
en mi amanecer claro, preciso.
Nada sabré de tu piel intensa, de tus ojos demorados,
silencios desgastantes se irán acumulando.
Desaparecerá tu perfume, efluvios inconstantes.
Lo que era necesario, mi impaciencia, mi temor
ya no arderán en mi pira emocional,
caudalosos rios de tiempo la sofocarán.
La evocación de tu andar será un pálido horizonte
deshabitados mis ojos de todo vestigio.
Tu sonrisa ingrávida no habrá existido, será un eco inventado.
Los arados tenues me recorren azorados
esta tierra antigua busca su simiente,
se solaza el alma en su reconstrucción.