Las ramas intensas
del primer sol
estallan una burbuja
en los frescos
de su boca rojiza
la nada se riza
como luna del mediodía
vaho que concede el deseo
a los órganos de la belleza
se abren a un segundo destino
extrayendo los colores ingrávidos del edén
firmamento donde siembro mi voz
para renacer libre
de lo mismo
anudad mi lengua a la sombra baldía del idioma
leedme los labios en la mente de Dios
mi habla naufrago
carece de acento
en la torre de Babel