A veces
la vida quiere ponerte
la zancadilla
y te hace hincar
la rodilla.
A veces
viene el cangrejo maldito,
con la boca abierta
a devorarte.
A veces
la cabeza y el corazón
se llenan de nubes negras
que te dejan en una tormenta
sin respuestas,
que no te deja seguir
que no te deja vivir.
A veces
ya no te quedan sonrisas
en que cobijarte del miedo
y crees que nada tiene sentido.
Cuando llegue todo esto.
Te daré mi remedio.
Nunca
te quites el traje de la esperanza.
Paco