Noticieros, revistas y periódicos,
programadoras y demás empresas
despistan la opinión con sus retóricos
sermones de mentiras en la mesa.
Destacan titulares con firmeza
sobre falacias de perfiles cómicos
y muestran la verdad como simpleza
bajo mensajes de sentido irónico.
De los centros docentes salen muchos
doctores de bolsillo con diploma,
desplazando a los buenos y más duchos,
con esa estupidez que les asoma
por sus testas vestidas de aguilucho,
cuando son de reptil y de paloma.