De tu tierra, que no es la mía
extraigo las mejores excusas,
y si fue locura, o fueron las musas
o ese francés que admiré un día,
Sea quien me inclina a escribirte
o el ocio de esta noche, que es gratuito
o tal vez tus palabras, que yo repito
anteponiendo tu nombre a lo que existe
y me cuentan y así me convencen
que son tus heridas como las mías
tu pasión como la que a mi alma obliga
y tus palabras-flores, escapan y florecen
Y debe ser el sabor de la palabra
que sabes escanciar tan bien
la que me eleva los sueños recién
Y tu nombre mi paladar halaga
Y quiero que sepas que hay días
que salgo huyendo de madrugada
E imagino y me acerco a tu morada
Y me allego astral hasta tu vía,
Y a los pies de tu cama, que no te tiene
porque andarás abrazando la poesía
te espero hasta que abre tu mejor día
pero sé que guarda tu esencia perenne
Y me quedo allí, ladrón e invisible
y abro tu cofre de preciosas palabras
y grito en silencio mi abracadabra
y escapo hasta la mía, salaz, imposible
Y engarzo el robo en esto, que nunca será un poema
Porque ante tu talla quedo pequeño…
Y no son versos, aun con mi mejor empeño
Porque tus palabras escapándose, son mi lema
Es tan sólo cariño escrito, hermoso pretexto
Para conjurar tu regreso…