FIDEL HERNANDEZ

El Ășltimo verso

Siempre que acabo un poema,

siempre que escribo el último verso

en mi interior siempre se repite

que éste sí, éste es el último verso;

que ya no queda más tinta

en ningún lugar de mi cerebro.

 

Y, de repente, surge un verso

y otro verso, y  otro verso  surge,

un verso más vuelve a iluminar

aquel verso olvidado

y, si entonces conmigo me enfado,

el verso respira fuerte

y resurge hasta bien rimado.

 

¡Qué desgracia tan alegre!

¡Qué paradoja, hermano!

Tener otra vez la necesidad,

la extraña necesidad de escribir

desde la más perezosa neurona

o, quizás, desde más adentro.

¿Será éste, el último verso?