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Al hombre ilustre háblale de amor, al psicólogo, al psiquiatra, a los médicos en general, a Cristóbal Colon, Hernán Cortés, a Miguel Hidalgo, a Zapata. A los escritores famosos, háblales de su noche más triste, aunque la historia rasguñe toda veracidad a las hojas amarillentas, a sus documentos falsificados, a la respetable egregia de su posible conjetura dejada en los libros, cómo sí en verdad se tratara de su verdadera biografía, cómo si en verdad hayan comido sobre una piedra de sacrificios, porque los he visto canalizar a sus gladiolas de bruces y su existencialismo por matar los juicios de Dios. Diles que yo riego plantas esquizofrénicas, con olor a flojera, sí, ayer comieron los gatos en los basureros, esos que me dejaron una pulmonía incubando un poco de poesía sin dar explicación si es adulterio, o si mi adulterio tuviera una casa de citas o si a mí excusado le faltara un poco de cloro para limpiar culpas, si, voy armado con la primera palabra cuneiforme de algunas tablillas sacerdotales de mis ancestros, la hendidura en la geografía por donde hay una araña intoxicando el poco aire que le falta a esta habitación.
[Háblale al ilustre que fornicó con su linaje dejando su fotografía ahogada en la filosofía antes de Cristo, sin mencionar a Leonardo Da Vinci ni a sus alumnos, ni a los científicos y sus experimentos con las ratas, háblale antes de que se tome por sacrilegio todo lo aprendido…]
Bernardo Cortes Vicencio
Papantla, Ver, México
09:3827022019