Es hora de lanzarse al precipicio y extender las alas para cruzar el horizonte acrisolado de fantasías.
Resanar la herida y purificar el plumaje para emprender el vuelo hasta llegar al océano más profundo del hechizo.
Aspirar abruptamente la suave brisa que inunda los más ansiados anhelos.
Danzar al vaivén de las olas cobijada por el cálido fulgor de luceros y estrellas.
Ensartar cada ensueño en el collar de la esperanza y entonar con voz briosa la agridulce sinfonía de la vida.