Y llegaste con tu aura misteriosa
A volverte musa para el poeta
Que daba su inspiración por perdida.
Entre un hilarante caos
Tan efímero como las lluvias de verano
Pero tan frecuente como el aleteo de un colibrí
Con tu piel de tercio pelo
Y un paisaje como sonrisa.
Eres deidad
Reina de un pantano en el que flores crecen
Portento amanecer
Dueña de la ternura
Inteligencia digna de admirar
Eres el arte más hermoso y difícil de entender
Confortable compañía
Sensual nereida surcando el mar del descanso
Eres fuego
Eres calma
Pero lo más importante
Eres la musa de un poeta
Que daba su inspiración por perdida.