No fue eso, fue aquello.
─Dijeron.
Pero nadie miente, y nadie dice la verdad.
Entonces asomase el tránsito de las hojas.
Y espiar toda ventana con afán de respuesta
(otra vez, y vez equivocada, mejor cierra el telón).
Celdas/ oscuridad/ celdas/ dromedarios
en arena blanca/ desvanecer la noche/
sueño-bifurcación, múltiplo de ti mismo/
novedad/ no-ve-nad-a/ silencio/…
Algunas semanas que llevo en el fin del mundo,
o días de sistemática calma.
Los robots de mi día a día mirando la caja mágica,
mirando el nada nada nada, y nada miran, y parece todo.
Y llevo otros días aferrados a obsoleto paso,
pero que terror que las plantas del pie se sequen.
¡Qué terror que las raíces colapsen y adiós
paso que pasa que no sabe que pasa y pasa!
Y el pie prende de su hilo y baila, música,
teatro inconcluso de obra sin nombre:
Tu público aguarda en el estómago de la noche,
y madrugada que nace conmigo.
Nombro (las cosas)
con otro nombre (para olvidar),
que nombre se me escurre entre la piel.
¡Y qué nombre hay tiritando en un costado!
Nombro nada como todo: entonces nada.
Entonces todo.
¿Qué nombre he de nombrar
sin nombrar… está noche?