EN EL SONORO SILENCIO
Un segundo se disuelve,
mientras devora al siguiente.
Que antes de ser digerido,
se traga al que le precede.
Así, fugaz e incansable,
se va comiendo la vida,
el tiempo frío y constante.
El tiempo es el cirujano,
que va amputando recuerdos.
Que sonríe ladinamente,
o se mofa del incrédulo.
Y que atenaza las mentes,
retorciendo el esqueleto.
El sonoro silencio,
que me abruma.
Que alimenta,
mi más profunda hambruna.
Libre entre sol y sombras,
me desvelo.
Como el ave,
que sin tiempo, libre vuela.
Y en un atardece de caracolas.
Como nave sin rumbo,
que se escora.
Navego en mi interior,
libre del tiempo.
En la inquieta soledad sonora.
Con múltiples silencios,
que me hablan,
en el ruidoso quehacer,
de mi existencia.
Roto el segundo,
vendrá sin ruido otrora,
otro segundo,
que envuelto en bruma,
irá marcando el paso,
de la presente aurora.
Desvanecida queda,
como una ola,
en el mar embravecido,
que me azota.
Así se va quedando,
el tiempo volátil,
que me hiere con sorna.
Silencios en la vorágine,
que se van quedando solos.
Como ínfimas partículas,
en un mar de sensaciones,
que al final se difuminan.
Crece el grito,
mientras el silencio mengua.
Cuando al final, de esta guisa,
la verdad se va escondiendo,
entre los pliegues que quedan.
Rompe el silencio el graznido,
del cuervo, que libre vuela.
Sin saber, que entre sus alas,
el vil tiempo le sentencia.
Con la tormenta en los ojos,
se va fundiendo su estela.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
27/02/2019