Tengo una mosca en mi dedo,
y no me saluda,porque no me lo llevo.
Distraída,frotándose sus patas de nuevo,
yo la miro,y ella a su trabajo.Quedo
asombrado por su minúscula belleza:
¡ojos grandes!,su cuerpo negro chocolatero
poco le importa que le mire su compañero
(que soy yo) siendo (yo) una enorme pieza.
Dentro de escasos segundos,ya no estará
en mi dedo,donde aterrizó por casualidad.
Y pienso:\"cuando despegue jamás volverá\"
Se fue en cuanto me moví.No es fatalidad:
no es amiga mía,pero desde ahora,es bienvenida:
se posará en mi cuerpo y ya no será una despedida.