Nadia R. Arano

En una esquina

En una esquina fría,

Hincada, recojo los pedazos de mi alma

Cuántas veces más podrás romperme

Un frágil hilo de ilusiones y sueños me sostienen.

 

Yo pensaría que después de tanto

Me volvería insensible

O me acostumbraría al dolor,

Pero el golpe de soledad 

Duele cada vez que pega.

 

No hay remedio

No hay calma 

Ni nada que repare el daño,

Sólo una esquina para refugiarme

Y llorar el vacío que siempre dejas en mí.