En una esquina fría,
Hincada, recojo los pedazos de mi alma
Cuántas veces más podrás romperme
Un frágil hilo de ilusiones y sueños me sostienen.
Yo pensaría que después de tanto
Me volvería insensible
O me acostumbraría al dolor,
Pero el golpe de soledad
Duele cada vez que pega.
No hay remedio
No hay calma
Ni nada que repare el daño,
Sólo una esquina para refugiarme
Y llorar el vacío que siempre dejas en mí.