Viajamos hacia un nuevo oscurantismo
si es que de él escapamos una vez;
el caso es que rodamos al abismo
saltando del derecho y del revés.
Mezclando vasallaje y altivez
se conforma un odioso populismo
con hampones salidos de la hez
que aparentan perfecto mesianismo.
De nada servirá que brille el Sol
si las sombras imperan soberanas
en cerebros con mecha de farol
y ambiciones de simple barragana
que piensa más acá de su perol
y se vende por una palangana.