Observo el cielo azulado
y subo al primer lucero
para sentirme a tu lado
quisiera quedarme en tus sueños
vistiendo solo mi cuerpo.
¿Aceptarías eso?
Y acurrucarme en tus brazos
para encontrar el sosiego
y ser tu tibio remanso
que despiertes en la noche
y me recorras con tus manos
que no conozco tanto
pero le escribiría versos.
Te imagino:
con un canto suave
que trina al infinito
acunando a las aves
y con la belleza de un mirlo.