Quisiera regalarte algo que fuese eterno
para estar siempre en tu memoria,
algo que te diga que a tu lado
es como vivir en la gloria.
Las estrellas tal vez podría regalarte
y así alumbrarían tus noches y tu soñar,
pero con un solo soplo de tus labios
puedes, en un instante, todas ellas apagar.
Quizás el mar, verde e inmenso,
que pueda algún día tu sed saciar,
pero al mirarlo con tus bellos ojos
puedes, con su brillo, llegarlo a secar.
O tal vez la noche clara y serena
que su paz invita a contemplar,
pero al mirar tu hermosa cabellera
pienso, que jamás con ella, se podría comparar.
Un poema del alma podría ser la solución,
en él te diría todo lo que te puedo amar,
pero qué son palabras y más palabras
si para amarte, no necesito ni hablar.
Ni las estrellas ni la noche,
ni el poema ni el mar
podrían expresarte, cariño,
lo que tú me haces soñar.
Llegando estoy a una conclusión
que es fiel espejo a mi clamor:
el mejor regalo que puedo ofrecerte
y durar eternamente, es mi amor.