Ya la noche se hace negra
quizás como grano de café
pero no tan amarga como el grano recién molido,
tú eres el azúcar dulce
que da sabor a cada sorbo de noche
que se bebe con cada taza entre luna y luna,
aquella que surge tímida
y solo se muestra de modo parcial
y aquella que es plena
y muestra todo su cuerpo redondo y blanco
y se mantiene como con expectativa
mientras bebo el néctar oscuro y amargo
pero que se hace dulce por ti
hasta que se extingue de la taza
pero permanece la luna grande
y el sabor que tú das al café y a la vida